martes, 6 de mayo de 2014

HISTORIA DE YEH SHEN ( La cenicienta china)

      Un hombre tenía dos esposas. Al morir la  primera esposa  es cuando aprovecha la segunda esposa para torturar a la hija de esta,  favoreciendo así a sus hijas. Llega el día en el que en la aldea se celebra el baile en que los jóvenes solteros eligen pareja. La madrastra, consciente de que Yeh Shen es mucho más bella que sus hijas, la encierra para que no vaya al baile. Ella tiene un pececito mágico; bueno, las raspas del pez, porque la madrastra, sabiendo que el único amigo de la niña era un pez de colores que habla, lo cocina y se lo come. La niña guarda las espinas, que también son mágicas y con ellas convoca a los espíritus para que la ayuden. La transportan al baile completamente transformada. La magia dura poco y ella pierde un zapato.



Todos admiran la belleza del zapato, que no mediría más de 10 cm, claro, y la noticia llega a oídos del emperador que quiere casarse con la dueña del zapato y comienza una búsqueda para encontrar a la mujer cuyo pie entre en el zapatito. Buscando, buscando, llegan a la casa de Yeh Shen. La madrastra corta los dedos de una de sus hijas y venda fuertemente el pie para que quepa, pero la mentira dura poco ya que, camino de palacio, el pie empieza a sangrar. Devuelven a la chica, y esta vez la madrastra corta el talón de su segunda hija. El resultado es el mismo. Al final Yeh Shen se pone el zapato que le queda como un guante, se casa con el emperador, y la madrastra y las hermanastras son condenadas a muerte, las tiran a un pozo y mueren apedreadas. Un final feliz...


Olga Caballero

3 comentarios :

  1. Bueno, para la época podría parecer final feliz, aunque ahora suena un poco hardcore. Existe un cuento egipcio también calcado a la Cenicienta; seguro que no hay un origen claro, aunque parece que, como dices, la naturaleza humana siempre es la misma y origina el mismo tipo de leyendas. Buen trabajo :)

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  2. Muy bonito el cuento! Me gusta más que la Cenicienta posterior, sobretodo el final feliz. Y es que ya dicen: "nunca segundas partes fueron buenas".

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    1. Eso no es cierto; mira la segunda parte del Barça el otro día...

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