lunes, 15 de diciembre de 2014

Cuentos en diez minutos - lágrimas

La lluvia caía pesadamente sobre su blanquecino rostro. Ella permanecía inmobil mirando al cielo gris, y pensando. Pensando. Profundamente. Como había podido perderlo? Lo más valioso que tenía en su vida se había esfumado tan repentinamente como había entrado en ella. Había sido todo tan rápido...

Las gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas, que resbalaban suavemente por ese rostro suyo, tan pálido. El semblante que hace tan poco estaba tan vivo, tan radiante, ahora lucía cadavérico, sin vida alguna. Sus ojos eran como un espejo roto que no reflejaba nada. Eran opacos, vacíos, una vez tan vivos, ahora tan muertos. Solamente adornados por aquellas tímidas lágrimas que avivaban un poco la morticidad de su expresión.


Lágrimas pequeñas, cristalinas, eran como polvo de diamante fluyendo de sus orbes de hielo. Nada más caer por su rostro se mezclaban con la lluvia, fluían con ella en una decadente sintonía y se perdían, se perdían como su alma. Y dejaban de tener importancia. Y pasaban desapercibidas. Porque al fin y al cabo nada importaba ya. Ni ella, ni su vida, ni su ser... ni sus lágrimas. 

Judit Perich

No hay comentarios :

Publicar un comentario