Tengo unas cuantas preguntas. ¿Tienen derecho los americanos a ir por el mundo como un elefante por una cacharrería? ¿Tendrían, por la misma regla de tres, derecho los iraníes a ir a Macedonia y liarse a cortar cabezas de civiles, por todas las que en su tierra cortó Alejandro en su paso hacia el Hindo Kush? ¿Tienen algún derecho los ingleses a dejarlo todo liado en cualquier país del que se van retirando, quedándose la población sometida a guerras intestinas que les imposibilitan su bien merecido progreso? Y ¿tendrían los franceses derecho a entrar en Roma a tiros, cargándose a todo el que pillasen, al grito de "Todos somos Vencingétorix"? Si nos ponemos históricos, ¿quién sale perdiendo? Todos; como decía el mahatma Gandhi, con eso del ojo por ojo la humanidad entera se quedaría ciega.
Nos echan la culpa de todo. Dicen que vivimos en el País de las Piruletas, que eso no es real. Que el mundo no es esto. Que va en nuestra naturaleza despellejarnos los unos a los otros. Pues igual. Pero...
Dejamos atrás la época de barbarie. Vlad Tepes está ya enterrado (aunque no se halle en su tumba), igual que todos los señores feudales de entonces. Hemos peleado, hemos dividido y unificado reinos, hemos tomado partido. Hemos madurado. Hemos tenido revoluciones contra los poderes fácticos, hemos cantado "libertad, igualdad, fraternidad" en el siglo dieciocho, mientras otros seguían agachando la cabeza. Hemos tenido las dos guerras mundiales más sangrientas de la Historia. Los jardines en los que nuestros hijos juegan hoy a baloncesto están regados con la sangre de millones de chicos que se dejaron la piel en nombre de la libertad, del derecho y de la democracia. En nombre de no consentir a dictadores y militares locos que se hicieran con el control. Nuestro estado del bienestar se sustenta sobre sus tumbas, sobre sus huesos. Señores, señoras, nadie nos ha regalado nada. Lo que tenemos nos lo hemos ganado a pulso.
Así que, que no nos vengan contando milongas. La culpa de la bomba es del que la pone. La culpa del fanatismo es del que no se mueve, del que no avanza. Del que no pisa a quien quiere pisarle. Que se muevan. Que se dejen de historias, de reproches. Que se vengan, que se dejen de velos. Los velos tapan. El cabello al viento vuela. Que crezcan, que aquí nos tendrán cuando lo hagan.
Gemma Minguillón
Dead right!
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