sábado, 3 de mayo de 2014

Rojo pasión

La fuerte sensación llegó a la cumbre.
Aquello era verdaderamente indescriptible.
Pasó un largo rato, pero al fin
su cuerpo fue totalmente invadido
y alienado.

La sensación más poderosa y embriagadora que jamás había tenido;
un poderío rojo emanó de la nada y la envolvió
con sus alas de plumas flamígeras.
Una bandada de mariposas llameantes
con su vuelo irregular la cubrieron
secándola, quemándola, extasiándola
recorriendo su cuerpo por dentro y por fuera
y estallando en llamas en su mente, en su ser.

Su sangre era magma fundido.
Sus mejillas, dos amapolas ardientes.
Sus cabellos, cortinas de fuego y llamas.
Su corazón, una bomba a punto de estallar
en un mar de profunda pasión,
una pasión ardiente como el rojo de sus paredes.

El sentimiento rojo,
la emoción roja,
la pasión roja.
Un incendio en su alma.
Aquella sensación indescriptible
que la invadía por completo como un mar de fuego rojo;
era como si el mismísimo Sol le hubiese inundado el cuerpo.

Se sentía morir, y a la vez,
se sentía más viva que nunca.
Aquel frenesí parecía no tener límites.
Su vista se nubló, se emborronó,
y sus oídos silbaban.
En aquel momento solo podía percibir
el rojo de la pasión ardiente.



Judit Perich

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