Benvinguts al nostre espai. O millor dit, al vostre espai, perquè aquest és un espai per vosaltres, per tots els amants de la literatura.

Què us trobareu aquí? Què és, amb tot el que la xarxa ofereix a tots els nivells per tothom, el que nosaltres podem aportar de nou a dins un món tan vast com aquest, el món literari? Doncs una cosa molt senzilla: Que tots nosaltres, els autors d’aquesta web, som de casa. Parlarem de moltes coses; dels best-sellers que us agraden, dels gèneres que més us interessen, de les novetats literàries, dels grans clàssics... Posarem al vostre abast totes les nostres aportacions: articles de diferents temes, contes, novel·les i narracions, còmics i il·lustracions, perquè conegueu la nostra obra i, fins i tot, ens feu arribar la vostra perquè puguem compartir-la i conèixer-la.

Com farem tot això? Doncs mitjançant els vostres comentaris. Així podrem saber quins temes us interessen més, per orientar les nostres publicacions setmanals als vostres gustos, per parlar dels temes que realment us resultin interessants. I amb les vostres critiques als nostres escrits ens ajudareu a créixer com escriptors.

El nostre desig és, per sobre de tot, fomentar el vostre interès per la literatura, ja que només la lectura ens transporta de manera duradora a altres espais, a altres universos; la lectura, com cap altra cosa, ens ensenya l’empatia i ens culturitza, ens fa enamorar-nos, plorar, riure i viure a dins del cap d’altres persones com res més ho aconsegueix.

Per tot això, us convidem a tots vosaltres a prendre amb nosaltres un cafè a la plaça.

Us esperem.

martes, 6 de octubre de 2015

El cinturón de Orión

Desde nuestro planeta podemos verlas; tres estrellas que conocemos como las tres Marías, los tres Reyes Magos u otros nombres por el estilo, y que en astronomía llaman el cinturón de Orión, en honor al cazador a quien ciñen su esbelto talle, formado a su vez por otras estrellas. Sólo entre las tres principales hay otras ciento veinticinco que no vemos (son más modestitas) y no hace falta decir la burrada de años luz que las separa, unas de las otras. Pero ahí estamos, mirando para arriba en las noches de otoño y distinguiendo perfectamente el hermoso cinturón; en realidad, sólo un puñado de estrellas que nuestra imaginación, o la configuración matemática de nuestro cerebro, nos obliga a unir en dibujos aleatorios, formando carros, arqueros o, en este caso, un cazador con su cinturón azulito. Algo parecido pasa con lo que llamamos "el sistema".
      "El sistema" tiene la culpa de todo. De nuestras desgracias, de nuestros convencionalismos. Estamos a favor de "el sistema", nos diluimos en "el sistema" o estamos contra "el sistema". Este nos marca y dibuja nuestras vidas, haciéndonos aceptar lo inaceptable, tragar con lo intragable, o no transigir con cosas que, igual, no eran tan malas.
      Pero, ¿qué es "el sistema"? ¿Qué o quienes lo forman? Por lo que oímos y leemos, no es otra cosa que una urdimbre de leyes, de convenciones y costumbres que, por aceptadas, repetitivas y bien vistas nos dan la seguridad de ser uno más (digamos lo que digamos, nada nos relaja tanto como sentirnos uno más, aceptados, aprobados). Un montón de cosas pequeñas alejadas años luz entre sí y que, como el cinturón de Orión, sólo podemos ver como un todo desde la distancia. 
      Más que en lo legal, "el sistema" se sustenta en lo social. No se pintan las paredes, no nos cogemos de la mano por la calle si somos del mismo sexo, no decimos que no estamos de acuerdo con el aborto, el nacionalismo o que miramos con recelo a las personas de otras razas. Nadie con dos dedos de frente diría ahora algo así, porque estaría socialmente muerto.  Y enterrado por "el sistema". Pero es mentira, y sólo hay que rascar un poco para darse cuenta. 
      El otro día escuché a dos mujeres hablando mientras compraban el pan. Una decía que vendrían a España millares de refugiados sirios y que se les daría casa gratis y un subsidio. La otra, indignada, respondía que no había derecho, que éramos muchos los españoles en paro. Me pregunté qué canal de noticias miraban, qué periódicos leían. De dónde se habían sacado esa información absurda. Pero, sobre todo, dónde quedaban la piedad, la empatía, la solidaridad. 
      Sigamos mintiendo. Sigamos diciendo lo que quieren que digamos y pensando por nuestra cuenta, hasta que todo estalle en un odio exacerbado contra quien menos culpa tenga. Sigamos manteniendo, entre todos un poquito, este "sistema" que no es nada ni nadie. Que somos nosotros.

Gemma Minguillón
      

No hay comentarios :

Publicar un comentario