Benvinguts al nostre espai. O millor dit, al vostre espai, perquè aquest és un espai per vosaltres, per tots els amants de la literatura.

Què us trobareu aquí? Què és, amb tot el que la xarxa ofereix a tots els nivells per tothom, el que nosaltres podem aportar de nou a dins un món tan vast com aquest, el món literari? Doncs una cosa molt senzilla: Que tots nosaltres, els autors d’aquesta web, som de casa. Parlarem de moltes coses; dels best-sellers que us agraden, dels gèneres que més us interessen, de les novetats literàries, dels grans clàssics... Posarem al vostre abast totes les nostres aportacions: articles de diferents temes, contes, novel·les i narracions, còmics i il·lustracions, perquè conegueu la nostra obra i, fins i tot, ens feu arribar la vostra perquè puguem compartir-la i conèixer-la.

Com farem tot això? Doncs mitjançant els vostres comentaris. Així podrem saber quins temes us interessen més, per orientar les nostres publicacions setmanals als vostres gustos, per parlar dels temes que realment us resultin interessants. I amb les vostres critiques als nostres escrits ens ajudareu a créixer com escriptors.

El nostre desig és, per sobre de tot, fomentar el vostre interès per la literatura, ja que només la lectura ens transporta de manera duradora a altres espais, a altres universos; la lectura, com cap altra cosa, ens ensenya l’empatia i ens culturitza, ens fa enamorar-nos, plorar, riure i viure a dins del cap d’altres persones com res més ho aconsegueix.

Per tot això, us convidem a tots vosaltres a prendre amb nosaltres un cafè a la plaça.

Us esperem.

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viernes, 10 de abril de 2015

Cuentos en diez minutos - Amor

Tomó un sorbo de su taza de chocolate y suspiró pesadamente. ¿Porqué él era tan perfecto? ¿Porqué tenía que ser tan guapo y extraordinario? Y lo peor, ¿Porqué no se fijaba en ella en absoluto? Se sentía frustrada por esto último, sin embargo, pese a todo, no podía evitar sentir ese cosquilleo en el estómago cada vez que pensaba en él, en su príncipe azul. Contemplaba la superficie del chocolate y veía su rostro en él. Una sonrisa se esbozó entre el sutil sonrojo de sus acarameladas mejillas.
De repente la puerta de la cafetería se abrió entre el tintineo de la campanita, alguien entró. Ella no pudo evitar asomarse, y sus ojos se abrieron sobremanera y su corazón empezó a dar fuertes tumbos, como los fuertes zumbidos de sus oídos, al verle a él. Al chico en el que había estado pensando, por el que suspiraba. Había venido.
Su sonrisa se ensanchó y automáticamente se sintió flotar en el cielo, solo por verle. Era él, no podía parar de repetirse.

El se sentó unas pocas mesas más allá. ¿Y si iba a verle y a hablar con él? Ahora podía hacerlo, lo tenía muy cerca. En el instituto nunca tenía valor para hablarle en clase, pero ahora estaban solos, no había público cerca. No había nadie cerca... Era ahora o nunca. Se levantó y se encaminó hacia su mesa. “Hola”, le dijo nada más llegar allí con una gran sonrisa. “Puedo sentarme?” Jamás esperó recibir una afirmación, y eso fue lo que la hizo sentirse en las nubes cuando así fue, la persona más especial del mundo.

Estaban allí sentados, juntos en la misma mesa. Era el momento más feliz de su vida, en el que por primera vez había logrado hablarle a su media naranja.

Judit Perich

domingo, 11 de mayo de 2014

Rosa

   La chica entró corriendo en su habitación, tiró la mochila al suelo y se tiró en la cama. Suspiró y sonrió. Solo de pensar en él se animaba de golpe. Aquel jovencillo de su edad que le había robado el corazón. Esbozó una sonrisa de felicidad. 
"Ahora ya vas al instituto, ya no es como cuando hace nada estabas en PrimariaA partir de ahora tendrás que empezar a estudiar mucho para aprobar... Deberás centrarte en tus estudiosEl instituto no es un juego de niños, tienes que tomártelo en serio o no te traerá nada bueno", solían decirle sus padres. ¿Que no le traería nada bueno el instituto? Acababa de entrar y ya le había pasado lo mejor que le había pasado nunca: se había enamorado. ¿Acaso eso era malo? Que va, más bien al contrario.
Ahora todo le parecía hermoso; las paredes de su habitación, rosas con flores estampadas, la hermosa vista de la ciudad que tenía desde su ventana, sus cortinas, tan rosas y finas; incluso su mochila escolar rosa parecía ahora brillar con luz propia.

   Su móvil sonó. Lo cogió y lo miró. Su corazón empezó a palpitar con fuerza, de modo que hasta ella misma pudo escucharlo y un torbellino de emociones se arremolinaba en su ser; era un mensaje de él. Su cara se iluminó, su respiración se alteró deliciosamente mientras leía el mensaje, y mientras lo respondía. Él solo la había saludado; sin embargo ese simple acto la había convertido, en segundos y durante segundos, en la persona más feliz del mundo. 

   Cerró los ojos y pensó en él, volvió a suspirar. Podría fundirse ahora mismo, de hecho estaba teniendo la sensación de que efectivamente se estaba fundiendo de amor.
   Pensaba en él; en su cabello rubio y sedoso, en sus brillantes ojos azules, grandes y vidriosos, en su semblante, en su piel blanca, tersa y suave, en sus labios tan colorados, gruesos... En seguida el rubor tiñó sus mejillas. Se sentía volar por el cielo azul, ligera como una pluma. De hecho, de no ser porque abrió los ojos y se vio recostada en su cama, ya creía que estaba volando de verdad, se sentía ligera y grácil como una bailarina. Si, eso se sentía; una bailarina. Se puso en pie de un salto y empezó a girar, a dar vueltas por su cuarto, con los brazos estirados, tarareando una canción de amor, viendo todo su mundo en color rosa, viéndole a él. Sentía como si electricidad se hubiese apoderado de ella; se sentía viva.


Judit Perich